domingo, 29 de enero de 2017

EL ZORRO: LA EMBOSCADA.


EL ZORRO: LA EMBOSCADA.

Sobre mediados de la década del 70, Ediciones Colombianas S.C.A. Edicol, en asociación con Editorial Pinsel de Chile, bajo licencia de Walt Disney Productions, publicaron una colección de 52 revistas con portada a color e interior en sepia del héroe de la California hispana, El Zorro.

La historia que reseñamos a continuación, “La emboscada”, fue publicada en el # 20 de dicha colección y tuvo como complemento “El falso vengador”.

Don Diego de la Vega había sido invitado por el Sargento García a las maniobras que los soldados de Los Ángeles llevaban a cabo en el Valle del Sol, con el fin de estar listos para enfrentar cualquier amenaza, incluyendo la del Zorro.

Y claro, cuando García despertaba en la mañana e iba a asearse, terminaba encontrándose con que no había lugar del campamento donde no estuviese la marca del Zorro (hasta en el fondo de las ollas) y ni siquiera había cómo dar aviso con la corneta… ¡pues el muy bandido se la había robado!

Don Diego “despertaba” ante tanto alboroto y salía de su tienda, justo a tiempo para atestiguar la visita poco oportuna del Capitán Monasterio, que llegaba a verificar cómo le iba a la tropa. Monasterio sospechaba de Don Diego y buscaba la mínima oportunidad para probar que él era el Zorro y así llevarlo a la horca y por eso, no le agradaba la amistad que este tenía con el Sargento García.

Ahora, Monasterio había hecho colocar por todo el pueblo de Los Ángeles un aviso retando al Zorro a un duelo en el Valle del Sol ese mismo día a las 6 de la tarde. Obviamente, Diego no podía escabullirse estando Monasterio en el campamento y si Zorro no aparecía, el Capitán tendría pruebas de la identidad de su enemigo.

Por suerte, Bernardo acampaba cerca y Diego se las arregló para encontrarse con él en un lugar apartado, para que estuviera listo para lo que planeaba. Luego, recogió en el lugar algunas plantas que sabía tenían efecto soporífero e hizo una mezcla que introdujo en el tonel del agua que bebían los soldados. Poco después, las maniobras del día concluían y García disponía que los soldados aprovecharan para lavarse, tomar agua y descansar, para luego estar listos para ocupar sus posiciones a la hora del duelo.

Don Diego regresó a su tienda. Al dar las seis, Monasterio se regocijaba porque ya eran las seis y Zorro no había aparecido. García y él salieron de su tienda de campaña y se encontraron con el espectáculo de los soldados dormidos por todo el campamento.

En eso, apareció el Zorro. García quiso sacar su pistola; pero, el Zorro lo desarmó de un latigazo y luego, del mismo modo, le quitó la espada y le cortó la hebilla del pantalón, de modo que no podía ayudar a Monasterio, sin que se le caiga el pantalón.

Zorro y Monasterio se enfrentaron con sus látigos, aunque la maestría del héroe era evidente, pues pronto le quitó las pistolas, las insignias de mando y finalmente, el propio látigo. Luego, se enfrentaron con sus espadas, duelo en el que Monasterio se creía el mejor de la comarca; pero, también fue superado por Zorro, que terminó plasmando su marca en la camisa del oficial, para después hacer que García atase al oficial  a un árbol (que luego se ofreció a atarse también). Mientras esto sucedía, “Don Diego” se movía nervioso en el interior de su tienda.

Zorro escapó en su caballo Tornado, mientras Monasterio y García pedían ayuda a gritos. Más adelante, Zorro dejó su caballo y regresó subrepticiamente a su tienda, para cambiar de lugar con Bernardo, que se llevó su traje. Poco después, cuando los soldados despertaron, encontraron atados a Monasterio y García y los liberaron. Furioso y aún desconfiado, Monasterio hizo inspeccionar la tienda de Don Diego, que alegaba no había salido, pues él odia la violencia y que luego se había quedado dormido y como tiene el sueño pesado, no había sentido nada.

Obviamente, los soldados no encontraron nada y García le preguntó a Monasterio si acaso esperaba encontrar allí al Zorro, a lo que el oficial no respondió y más bien se quedó pensando en que sería el hazmerreír del pueblo. Don Diego minimizó lo que había ocurrido y aprovechó para despedirse. A Monasterio no le quedó más que agradecerle.

En “El falso vengador”, un misterioso personaje que se hacía llamar Don del Oro, que parecía salido de los mitos de los antiguos habitantes Los Ángeles, aparecía y aseguraba ser el dueño del oro y las tierras que habitaban los indígenas y amenazaba a la tribu del lugar, si no le entregaban lo que pedía. Poco después, Paco, el hijo del jefe indio Ramón, era apresado por robar y confesaba que lo hacía para que su pueblo no tuviera que entregar sus tesoros. Don Diego atestiguaba esto y pronto el Zorro investigaba lo que ocurría, hasta descubrir el complot de un ambicioso vecino de Los Ángeles, que usaba la superstición de los indígenas en su contra. Viéndose perseguido por el Zorro, el hombre lo acusó a él y a la tribu ante los soldados, a los que el héroe tuvo que detener y entregar a los indígenas, para que todo se aclarase.

Esta historia fue publicada en formato comic grapa en el # 20 de la colección Zorro de Edicol. Imagen cortesía de colección privada.

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sábado, 28 de enero de 2017

EL ZORRO: ROBO EN EL CUARTEL.


EL ZORRO: ROBO EN EL CUARTEL.

Sobre mediados de la década del 70, Ediciones Colombianas S.C.A. Edicol, en asociación con Editorial Pinsel de Chile, bajo licencia de Walt Disney Productions, publicaron una colección de 52 revistas con portada a color e interior en sepia del héroe de la California hispana, El Zorro.

Zorro fue creado por el escritor Johnston McCulley en 1919, apareciendo por primera vez en su historia “The curse of Capistrano”, serializada en 5 partes en la revista pulp All story weekly y en la que al final, su identidad secreta era revelada a todos.

Tras el éxito comercial de la película “The mark of Zorro” (1920) con Douglas Fairbanks y Mary Pickford, McCulley escribió al menos 60 historias más de su personaje a partir de 1922, la última de las cuales, “The mask of Zorro”, fue publicada de manera póstuma en 1959, cuando el programa de TV producido por Disney se había vuelto muy popular.

Dell Comics empezó a publicar historias del Zorro en Four Color Comics en 1957 y en 1958, empezaron a basarse en la serie de TV, con arte de Alex Toth, para pasar el año siguiente a Walt Disney’s Comics and Stories, también publicadas por Dell. Luego, entre 1965 y 1974, Disney produjo varios comics del personaje solo para consumo extranjero e incluso concedió licencia a varios países, para que produjeran sus propias historias. Gold Key Comics publicó 9 números entre 1966 y 1968, luego de lo cual, el personaje quedó en el limbo, hasta que Marvel publicó una miniserie de 12 números en 1990, que encajaba en las historias contadas en la serie de TV protagonizada por Duncan Regehr. De manera más reciente, el personaje fue retomado por Dynamite Entertainment en el 2008.

La historia que reseñamos a continuación, “Robo en el cuartel”, fue publicada en el # 1 de dicha colección y tuvo como complementos “El profeta” y “La victoria de Zorro”.

En “Robo en el cuartel”, la noticia corría como pólvora por el pueblo de Los Ángeles: el Sargento García había sido arrestado, acusado de robar el dinero del cuartel. El propio Capitán Monasterio interrogaba a su subordinado, quien afirmaba no recordar nada, salvo que había salido unos minutos (a la taberna, obvio) y que al regresar, el dinero ya no estaba. García podía ser condenado a ser destituido e incluso fusilado por traición.

Poco después, García acudía  a la taberna para hablar con el dueño y le decía que recordaba haber entrado; pero, que no había bebido mucho. Sin embargo, tanto el tabernero como uno de los asistentes, le dijeron que había bebido tanto, que habían tenido que llevarlo a rastras de vuelta al cuartel.

En eso, llegó Don Diego de la Vega, quien se preocupó al enterarse de la noticia y le pidió a García que le contase lo que recordaba. Mientras eso ocurría, notó que el tabernero y la otra persona que habían estado hablando con el Sargento, prestaban mucha atención a la conversación.

Al volver a casa, Don Diego le contó a Bernardo lo ocurrido y le dijo que pensaba que el Sargento García era víctima de un complot y le encargó a su fiel sirviente que vigilara al tabernero Angelito, a quien apodaban “El Gato”, porque era un hábil ladrón.

Al día siguiente, el Sargento García era suspendido y se disponía su encierro a la espera del fallo definitivo. Mientras tanto, Bernardo se hallaba en la taberna y escuchaba lo que se decía, oyendo decir que al Sargento le habían puesto a la bebida. En ese mismo momento, Don Diego se hallaba en la puerta del cuartel, donde interrogaba al soldado de guardia, quien le dijo que García había llegado la noche del robo casi a rastras, llevado por varias personas y que él fue en busca de un médico; pero, cuando regresó, el Sargento ya había entrado a sus aposentos. Don Diego se quedó pensando en lo rápido que García se había recuperado.

Tras ser informado por Bernardo sobre lo que había escuchado en la taberna, Don Diego decidió que era hora de que Zorro resolviera el caso. Llegada la noche, siguió al Gato y sus dos secuaces hasta una casa cercana, donde estos hablaban de repartirse el botín, aunque el tabernero, queriendo quedarse con más dinero, les aseguraba que no había tanto dinero en la caja que habían robado. Al entrar a la habitación donde estaba guardada la caja con el dinero, el Gato tomó un arma y queriendo quedarse con todo, le disparó a uno de sus secuaces; pero, no pudo dispararle al otro, pues Zorro lo desarmó y atrapó a los bandidos.

Luego, los dejó en las afueras del cuartel, con la caja del dinero y una nota que aclaraba que García no era culpable del robo. Más tarde, ya libre y en la taberna (para variar), el Sargento García aclaraba que Zorro lo había ayudado porque le tenía miedo.

En “El profeta”, un estafador se había ganado la confianza y veneración del pueblo de Los Ángeles por las milagrosas curaciones que realizaba, aunque obviamente, no consiguió curar a Bernardo. El profeta consiguió indisponer al pueblo en contra de los hacendados y las autoridades, hasta que un aviso llegado de otra población, demostró que se trataba de un peligroso delincuente, buscado por varios delitos. La intervención del Zorro y los soldados, justo cuando el “profeta” se negaba a curar a un enfermo, demostró quien era y que solo había “curado” a sus propios secuaces. Zorro aprovechó para escabullirse, mientras el Sargento García le agradecía su ayuda, aunque luego se dio cuenta que debía de haberlo capturado.

En “La victoria de Zorro”, el héroe desaparecía misteriosamente en la cercanía de la hacienda de los De La Vega, mientras era perseguido por el Capitán Monasterio y sus soldados. Bernardo apareció en lo alto de un risco disfrazado de Zorro, para distraerlos y que así no vieran el desvío que seguía el héroe. Monasterio dio la orden de dirigirse hacia la hacienda, pues pensaba que bien podría ocultarse allí o ser uno de los empleados. Al llegar, Don Alejandro le dijo que justo se acababa de enfrentar con el Zorro (que no era otro que Bernardo que iba camino a cambiarse); pero, que no había podido atraparlo porque su hijo Diego se interpuso. Ya afuera, Monasterio dio la orden de mantener vigilado el lugar, al tiempo que pasaba el Administrador Real, el señor Vargas, que lo acusó de inepto y amenazó con destituirlo si no atrapaba al Zorro. Monasterio hizo capturar a una de las trabajadoras de la hacienda por unos supuestos bandidos, para así atraer a Zorro, que sabía que era una trampa; pero, aún así acudió y venció tanto a los “bandidos” como a los soldados. Vargas fue testigo de lo ocurrido y destituyó a Monasterio, dejando a cargo al Sargento García, quien se alegró, pues el Capitán la hebía asegurado que jamás tendría el mando. Al partir, Monasterio se alegró de ver que la gente lo quería, pues tenían una fiesta lista para él; pero, todos rieron, pues la fiesta iniciaría tan pronto se fuera de Los Ángeles.

Esta historia fue publicada en formato comic grapa en el # 1 de la colección Zorro de Edicol. Imagen cortesía de colección privada.

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PRÓXIMAMENTE PANINI TRAERÁ COMICS Y MANGA A ECUADOR.


Los amigos de Panini Ecuador, nos cuentan que próximamente empezará a llegar la línea de comics y manga que ellos manejan, lo que sin duda, redundará en beneficio de los aficionados, asegurando continuidad y buenos precios.
Oportunamente, les haremos conocer más novedades.

SPIDERMAN DE TODD MCFARLANE: TORMENTO.


SPIDERMAN DE TODD MCFARLANE: TORMENTO.

Todd McFarlane empezó su carrera con el comic Coyote del sello Epic de Marvel, en 1985. Ese mismo año, pasó a DC donde dibujó el comic Infinity Inc., destacando por sus composiciones de página que no eran habituales para la época. Luego, dibujó Batman Year Two, lo que sirvió para que lo llamasen de nuevo a Marvel, pasando entonces en 1987 a dibujar The Incredible Hulk, durante un lapso de medio año.

El editor de los títulos arácnidos, Jim Salicrup, decidió encargarle los lápices de la cabecera principal The Amazing Spiderman, coincidiendo con la llegada de David Michelinie a los guiones, a la espera de que la presencia del dibujante incrementara las ventas. lo que ocurrió en relativo poco tiempo. McFarlane dotó a Spiderman de una máscara más expresiva con ojos que abarcaban la mayor parte de la misma y posturas inverosímiles, así como una telaraña de aspecto deshilachada; detalles que cautivaron a nuevos y viejos lectores. Sin embargo, llegó un momento en que eso ya no le bastó, pues McFarlane quería poder controlar el total de la historia.

Fue así que habló con Salicrup y se creó el que sería el cuarto título arácnido, llamado simplemente “Spider-Man”, que se inspiraba en uno de los más recientes títulos de DC “Legends of The Dark Knight”, que contaba con arcos argumentales de 5 comics cada uno, con historias independientes entre sí. Y para remarcar esa referencia, el # 1 de “Spider-Man”, que saldría en Agosto de 1990, se leía en la portada “The legend of the Arachknight” (La leyenda del Caballero Arácnido).

El primer arco argumental, que constó de 5 números, se llamó Tormento y fue publicado entre Agosto y Diciembre de 1990. Del primer número se hicieron varias portadas variantes y se vendieron cerca de 3’000.000 de ejemplares.

Todo comenzó en un oscuro santuario en algún lugar de New York, donde se realizaba un ritual de magia negra al son de tambores tradicionales, lo cual era realizado por una misteriosa figura de la que solo se veía una chaqueta con el rostro de un león. El golpeteo de los tambores recorría espectralmente la ciudad, hasta llegar a los profundo de las alcantarillas, convocando a alzarse con toda su furia y salvajismo, a una conocida figura antropomórfica, conocida como… ¡el Lagarto!

Al poco rato, el Lagarto se hallaba de cacería en la ciudad, buscando saciar su hambre y sed de sangre, mientrs el ritual seguía y los tambores sonaban cada vez más. Encontró a tres ladrones que saqueban una tienda y los masacró. Al día siguiente, en el Daily Bugle había una noticia sobre 3 hombres acuchillados, acompañada por una foto del lugar, donde se veía unas letras pintadas en una pared: CNNR.

Y el ritual iba progresando, mientras los tambores no dejaban de sonar y se añadía sangre fresca a la mezcla. Al amanecer de la noche siguiente, el Lagarto mató a un hombre que se dirigía a su trabajo, aunque su muerte nunca fue reportada. Más tarde, a dos ejecutivos que salían de su trabajo al anochecer. Los tambores solo paraban cuando el Lagarto había caído sobre sus presas.

Fue entonces que Peter Parker se enteró, mientras desayunaba la mañana siguiente junto a su esposa Mary Jane Watson y vio la noticia de las dos nuevas muertes en el Daily Bugle y reconoció en la foto, las letras pintadas en la pared: CNNR. ¡Curts Connors, el Lagarto! Peter se transformó en Spiderman y fue a recorrer la ciudad en busca del que alguna vez fue su amigo.

Al anochecer, el ritual se reforzó, incluyendo ahora en la mezcla una araña y un lagarto. La hora de la batalla se acercaba. Los tambores volvieron a sonar y llegaron hasta donde Spiderman se balanceaba, metiéndose en su cabeza, aturdiéndolo y haciéndolo caer. El retumbar de los tambores en su cabeza no lo dejaba concentrarse y su sentido arácnido no dejaba de enviarle señales de peligro. Fue entonces que el Lagarto cayó sobre él, atacándolo con una furia y salvajismo que no había visto antes y tal fue su sorpresa, que la bestia rasgó su traje, inoculando veneno en su piel, cuyos efectos empezó a sentir el héroe casi de inmediato. Ambos lucharon durante varios minutos y aunque Spiderman trataba de librarse del Lagarto, este no le daba tregua, hasta que, reuniendo todas sus fuerzas, lo empujó con sus piernas y el monstruo quedó ensartado entre unos escombros, aparentemente muerto. La mente de Spiderman pareció nublarse y cuando se despejó, el Lagarto había desaparecido.

El ritual seguía y desde lejos, quien lo llevaba a cabo, controlaba a la bestia. Spiderman buscó un lugar alto para tratar de despejarse, cuando empezó una tormenta; pero, al rato, las gotas de agua parecieron convertirse en sangre y el arácnido vio al Lagarto nuevamente abalanzarse contra él, mientras los tambores volvían a sonar. Sin embargo, la misteriosa figura no deseaba que la batalla terminase pronto, pues primero, el héroe debía sufrir, así que su “mascota” jugaría un rato con él.

El furioso ataque del Lagarto impedía que Spiderman pudiese reaccionar. El arácnido ya no se movía y estaba a merced de las fauces de su enemigo; pero, la misteriosa figura que dirigía el ritual y controlaba a la bestia a distancia, que ahora revelaba ser una mujer, tenía otros planes. El Lagarto agarró a Spiderman y lo lanzó desde lo alto del edificio en el que estaban, aunque para suerte del héroe, cayó en un basurero que amortiguó en algo el impacto de la caída. La mujer llamó a su “mascota” a su lado.

Algo después, Spiderman reaccionó. Trató de levantarse; pero, el dolor y el aturdimiento por los golpes recibidos, el veneno y el retumbar de los tambores era tal, que apenas podía ponerse en pie. En eso, vio ante sí una presencia que no podía ser real, pues se suponía que estaba muerto: era nada menos que Kraven el Cazador, que estaba de pie frente a él, con un hueco en la cabeza donde se había disparado para matarse y junto a él, al Lagarto. Spiderman se desmayó. Sin embargo, todo era una ilusión, pues ante él se encontraba realmente, la misteriosa mujer, que dio al orden al Lagarto de que llevase al arácnido hasta su santuario.

Al despertar, Spiderman se encontró atado y la mujer le contó que Kraven definitivamente estaba muerto, porque era débil y no era digno. Spiderman no sabía que la mujer se había iniciado en las prácticas rituales en su lugar natal y que allí, había experimentado la sensación de quitarle la vida a una persona. Luego, había conocido a Kraven, quien la amaba y complacía; pero, cuando él murió, ella regresó a las prácticas rituales hasta convertirse en una verdadera bruja y a la fecha, había tomado varias vidas. Ahora, Spiderman era el siguiente.

Spiderman reunió las fuerzas suficientes, rompiendo sus ataduras y antes que el Lagarto se lanzara sobre él, lo golpeó con fuerza, lanzándolo contra una pared, donde rompió una tubería de gas y como el pebetero estaba encendido, eso terminó generando una terrible explosión que conmocionó a toda la ciudad. El aráncido pudo reaccionar y ponerse a salvo, aunque no evitó totalmente el impacto de la explosión, mientras que parecía que la bruja y el Lagarto habían perecido y quedado sepultados bajo los escombros.

Al poco rato, sin embargo, Spiderman empezó a sentirse mal, los tambores retumbaron de nuevo en su mente y el arácnido estuvo a punto de caer del sitio en el que estaba. En ese momento, la bruja y el Lagarto emergieron de entre los escombros. No pudiendo soportarlo más, Spiderman se lanzó furioso contra el Lagarto; pero, estando demasiado débil, fue derribado por la bestia y cuando esta se aprestaba a liquidarlo, hizo un último acopio de fuerzas y saltó hacia un lugar en el que había visto unas cadenas, con las que consiguió atar al monstruo. La bruja no podía creer que Spiderman hubiera resistido tanto, pues el veneno debía haber acabado con él hace rato; sin embargo, la propia sangre radiactiva del héroe, parecía estar superando los efectos de la toxina. Entonces, al oír las sirenas que se acercaban, la bruja decidió hacer colapsar lo que quedaba del edificio sobre ella.

Cuando las autoridades llegaron al lugar, no encontraron a nadie, ni siquiera al Lagarto. Mientras tanto, Spiderman había vuelto a su casa, buscando refugiarse en los brazos de su esposa Mary Jane y reponerse del tormento que había pasado.

Nota: En la historia no se menciona su nombre; pero, la bruja no puede ser otra que Calypso, la amante de Kraven que apareció por primera vez en The Amazing Spiderman # 209 USA (Octubre de 1980), historia en la que pretendió que el cazador creyese que el arácnido era un rival indigno que solo merecía la muerte. Posteriormente, Calypso apareció en Peter Parker Spectacular Spiderman # 65 USA (Abril de 1982), en el que también uso tambores rituales y dardos para aturdir a al héroe y favorecer a Kraven, que vio esto como una ofensa y dejó ir al arácnido, cuando pudo haberlo vencido. Lo siguiente que se supo de Kraven fue en “La última cacería de Kraven”, donde se suicidó.

Esta historia fue publicada en formato tomo pasta suave por Forum y en tomo pasta dura por Panini. Imagen cortesía de colección privada, del tomo 1 de la colección “Todd McFarlane: Spiderman” de Panini Comics.

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domingo, 22 de enero de 2017

SUPERMAN VS ALIENS.


SUPERMAN VS ALIENS.

Esta historia fue publicada originalmente en USA como una miniserie de 4 tomos Prestige por acuerdo entre DC Comics y Dark Horse Comics en 1995. Fue realizada por Dan Jurgens (guión y dibujo), Kevin Nowlan (tintas), Greg Wright y Android Images (color).

Desde hace algunos años, el hombre ha tenido fija su vista en el espacio, en busca de señales de vida inteligente y por ello, hay no uno, sino varios satélites e instalaciones vigilando. Por eso, cuando una de las instalaciones de Lexcorp captó y avistó una sonda espacial que remitía una señal ininteligible de auxilio, las alarmas saltaron.

Lois y Clark acudieron al llamado de la Dra. Kimble, jefa del Área de Investigación Espacial de Lexcorp, quien les explicó que ahora que Lex no estaba al frente del conglomerado empresarial, la Directiva buscaba mostrar una imagen amigable y transparente con la prensa.

Kimble los invitó a acompañarla en un recorrido en helicóptero, en busca de la sonda que estaba por caer en mar abierto, la que pensaban rescatar para investigarla y para ello, ya contaban con barcos en la zona. Kimble les contó que la sonda remitía un mensaje que sus científicos estaban tratando de descifrar.

Clark afinó su superoído para enfocarlo en captar el mensaje de la sonda y se sorprendió al escuchar unas frases en… ¡kryptonés! Si era una nave de su mundo natal, él no podía arriesgarse a que cayese en manos de Lexcorp o de cualquier otro que pudiera hacer mal uso de la información obtenida, así que concentró su visión de calor en la maquinaria del helicóptero, sobrecalentándola y obligando al piloto a aterrizar en la playa de una isla cercana.

Ya en tierra, Clark consiguió escabullirse y Superman salió volando para interceptar a la sonda que venía cayendo a gran velocidad, para amortiguar el impacto e impedir que se dañase y fue entonces que pudo ver varias inscripciones en kryptonés. El Hombre de Acero llevó luego la sonda hacia uno de los barcos de rescate, hasta donde llegaron también la Dra. Kimble y Lois. Kimble intentó persuadir a Superman de apartarse de la sonda; pero, el héroe tocó en ese momento el artefacto y su mente se inundó con imágenes de un planeta condenado y cómo sus científicos crearon un domo sobre una ciudad y colocaron cargas explosivas en puntos clave bajo la misma. Cuando el planeta explotó, la ciudad fue lanzada al espacio, protegida por el domo. La sonda era una señal de pedido de auxilio ante la falta de recursos para subsistir.

El mensaje de la sonda se interrumpió de improviso. La Dra. Kimble exigió que el Hombre de Acero revelase lo que había visto; pero, temiendo que la tecnología kryptoniana cayese en manos de Lexcorp, el héroe tan solo reveló que se trataba de un llamado de emergencia de una ciudad en el espacio y que había que acudir en su ayuda. Superman indicó que él iría como una avanzadilla y solo después de asegurarse que todo estuviese en orden, podría ir alguien más. Kimble ofreció una de sus naves para enviar un grupo a cambio de la tecnología que se encontrase y Superman insistió en que iría solo y que cuando la científica lo comprendiese, llegarían a un arreglo.

Días después, Superman, la Dra. Kimble y Lois (cuya presencia como reportera había exigido el Hombre de Acero), se encontraban en la estación orbital de Lexcorp, donde se había puesto a punto una nave espacial, que llevaría al héroe hasta la ciudad perdida. Superman había acordado con Kimble que sería la primera en acceder a la tecnología que él trajese y había pedido la presencia de Lois en la estación espacial, para que informase al público de los descubrimientos.

Mientras Superman partía en la nave, Kimble hablaba sobre lo importante que era para Lexcorp un descubrimiento como este, ahora que Luthor ya no estaba y las ganancias que ello podría significar. Lois la criticó por preferir las ganancias, mientras la misión de Superman era la de salvar vidas.

En la nave, Superman meditaba sobre lo que había sido su vida en la Tierra desde que lo adoptaron los Kent y que a pesar de que ahora pudiese encontrarse con otros kryptonianos, sus sentimientos hacia su planeta adoptivo, no cambiarían. Entonces, recordó que él ya se había encontrado con kryptonianos aunque de un Universo de Bolsillo creado por capricho del Amo del Tiempo, 3 villanos que el Luthor de esa dimensión liberó y que arrasaron con toda la vida en la Tierra y Superman tuvo que ejecutarlos, lo que causó un serio trauma en él. Los pensamientos de Superman se interrumpieron al entrar al hiper-espacio.

Al salir del hiper-espacio, el Hombre de Acero vio la ciudad que flotaba en el espacio, protegida por el gran domo y maniobró la nave hasta posarla en la superficie exterior. Aún allí, había una ligera atmósfera y Superman voló por lo alrededores en busca de alguna señal de vida; pero, no encontró nada, salvo unos arañazos en las puertas exteriores del cerramiento que circundaba la ciudad. El héroe sabía que debía apresurarse, pues la ciudad se hallaba en un lugar del espacio lejos de un sol y siendo que su cuerpo es como una batería solar, su energía se iría agotando, De hecho, ya se sentía más débil.

Superman creyó escuchar algo; pero, no vio nada a su alrededor y luego, enfocó su visión de rayos X en las puertas donde estaban marcados los arañazos y pudo ver una barrera como si los habitantes del lugar hubieran querido evitar que alguien entrase. ¿De quién trataban de defenderse?

Unos metros más adelante, se topó con un camión volcado, que aparentemente intentaba huir de algo y halló rastros de sangre. En eso, oyó unos gemidos y al entrar al camión, encontró a 3 hombres y una mujer apenas con vida y los embarcó en la nave, disponiendo entonces el piloto automático para que esta los llevase hasta la estación orbital, donde seguro tendrían más oportunidades de recuperarse. Avisó a Kimble y le pidió que enviase la nave de vuelta lo más pronto posible. Kimble le contestó que lo que quería era tecnología, no pacientes. Lois se quedó preocupada, pues sin la nave, Superman quedaba varado en la ciudad en el espacio.

Mientras la nave se alejaba, Superman sobrevoló el área, en busca de alguna posible pista sobre lo que ocurría y de quién podrían haber estado huyendo los habitantes del lugar. Vio entonces una especie de cangrejo muerto que tenía garras y pensó que quizás era lo que había dejado los arañazos en las puertas; pero, en ese momento no había forma de saberlo. Decidió entonces entrar a la ciudad, aunque para no abrir un agujero en el domo que podría dañar su atmósfera, se abrió camino por el subsuelo, hasta que llegó a una caverna, donde encontró una serie de raras formaciones que al principio pensó que eran piedras; pero, luego notó que tenían apariencia orgánica y se extrañó, pues en lo que sabía de Krypton, jamás había sabido de tales cosas. Lo que es más, sintió que la atmósfera del lugar estaba cargada de muerte.

Superman siguió explorando la caverna y se topó con una sustancia viscosa que chorreaba de algunas partes. Al tocarla con sus dedos, sintió que le quemaba; era algo ácido, definitivamente y lo bastante fuerte como para que él lo sintiera. En eso, un siseo llamó su atención y una extraña criatura de cuerpo acorazado, grandes dientes y garras y cola puntiaguda, cayó sobre él de improviso.

El Hombre de Acero eludió a la criatura e intentó razonar con ella; pero, esta se lanzó sobre él, rasgando el traje y la piel del héroe para su sorpresa. Superman decidió entonces no contenerse y golpeó con fuerza a la bestia, que seguía regresando por más, hasta que él optó por abrir la quijada de la criatura, posiblemente para desgonzarla y se encontró con que de lo profundo de las fauces de esta, salía otra que golpeó con tremenda fuerza el cráneo del héroe haciéndolo sangrar y aturdiéndolo. Superman reaccionó golpeando e hiriendo a la criatura; pero, la sangre de esta cayó en sus ojos, cegándolo.

Superman estaba aturdido y sus poderes de visión no servían y la bestia empezó a azotarlo contra el suelo, hasta que una voz femenina que hablaba kryptonés lo alertó y tres disparos impactaron en la criatura, que luego fue incinerada con un lanzallamas. Una joven mujer llamada Kara se acercó y llevó a Superman en busca de un lugar seguro, pues la roca en la que se hallaba la ciudad, estaba infestada con al menos dos millones de criaturas. Kara se extrañó de que el ácido no haya perforado el cráneo de Superman, quien le dijo se llamaba Kal y él le explicó que tenía varias habilidades que lo protegían, optando por no decirle que era oriundo de Krypton y que venía de la Tierra, adonde había llegado la sonda pidiendo ayuda. La joven se sorprendió al saber que las sondas habían funcionado, pues fueron lanzadas desde Argo City, que así se llamaba el lugar, antes que ella naciera. La joven encontró unas vendas con las que cubrió los ojos de Superman, no pudiendo hacer más, pues hacía tiempo que se habían agotado las medicinas.

Mientras tanto, en la nave, una criatura emergía del pecho de uno de los habitantes de Argo City que Superman había embarcado buscando que sobrevivieran. Poco después, la nave entraba en curso de colisión con la estación orbital de Lexcorp; pero, la Dra. Kimble consiguió activar los mandos a distancia y la llevó hasta el hangar, donde luego del proceso de descontaminación. Cuando el equipo médico pudo acercarse a la nave, cuya cabina ya estaba abierta, vieron con horror la herida en el pecho de uno de los pacientes, aunque no había rastro de qué lo había causado, mientras los otros tres parecían estar mal pero estables. Lois subió luego a la nave y vio que los controles habían sido destrozados por algo. La reportera no se percató que estaba siendo observada.

En Argo, Kara y Superman habían encontrado una enfermería aún funcional, donde ella encontró los medicamentos necesarios para tratar la herida en los ojos del héroe. Luego, le contó la historia de cómo la ciudad había llegado a tan trágica situación. Después de un tiempo vagando por el espacio, la ciudad moría por falta de provisiones y su sociedad colapsaba, cuando vieron con alegría que un carguero espacial se acercaba; pero, por motivos desconocidos, se estrelló en las afueras del domo. Los habitantes de Argo exploraron la nave y fueron extrayendo de ella todo lo útil, cuidándose de no desconectar una cámara frigorífica donde hallaron congelada a lo que probablemente era una reina de los monstruosos aliens y que evitaron por precaución. Sin embargo, un tiempo después, alguien no tan cuidadoso desconectó la unidad de congelación y el monstruoso ser despertó, empezando una oleada de muerte, al crecer cada vez más la población de las bestias asesinas, al poner miles de huevos, de los cuales salían criaturas del tamaño de una mano, que se pegaban a la cara de un posible “anfitrión”, al que impregnaba con un embrión, que luego salía reventando el pecho del infectado, matándolo de contado. Superman se horrorizó entonces, al recordar a la pequeña criatura parecida a un cangrejo, que había visto junto a la nave que lo trajo a Argo. ¡Ahora, por su culpa, estos seres llegarían a la estación espacial y de allí a la Tierra y ni qué decir, que la nave nunca volvería para recogerlo!

Desesperado, alzó el vuelo para sorpresa de Kara, buscando encontrar alguna nave o dispositivo que les permitiera escapar. Con todo, tuvo que reconocer a la joven, que había intentado llegar más alto; pero, la lejanía de un sol, hacía que sus capacidades estuvieran ya en ese momento, en apenas un 20%.

En ese mismo momento, en la estación orbital, los temores de Superman empezaban a cumplirse, cuando la Dra. Kimble y uno de los médicos de la enfermería, atestiguaban como una criatura emergía del pecho de uno de los recién llegados y escapaba en busca de refugio. Mientras tanto en el hangar de la nave, Lois hablaba con uno de los técnicos, intentando averiguar lo que había pasado, cuando este fue atravesado por la cola de una de las bestias, que ya había alcanzado su tamaño real. Lois intentó huir; pero, se topó con que las puertas estaban selladas, pues la computadora había detectado a una entidad desconocida y se habían activado las alarmas. Según la Dra. Kimble, que lo veía todo desde una pantalla, no había forma de abrir las puertas, aunque uno de sus asistentes le dijo a la científica que se podrían abrir manualmente, contestando la mujer que ni siquiera había escuchado su sugerencia. La reportera consiguió escabullirse de la bestia y se introdujo en la nave, manipulando los botones hasta conseguir cerrar la cabina; pero, ella sabía que esta no resistiría mucho los golpes del alien, así que siguió pulsando los controles, hasta que consiguió que se abriera el campo de fuerza de la compuerta de salida de la nave, lo que hizo que el vacío del espacio succionara tanto a la bestia, como a la nave, que quedó, por suerte, atrapada en la compuerta, justo en el instante en que el campo de fuerza volvía a sellarse y el alien salía despedido al espacio.

En Argo, Kara y Superman escucharon unos disparos y se dirigieron hacia el lugar de donde venía el sonido. Con gran esfuerzo, Superman llevó a Kara en vuelo y al llegar al sitio donde los pocos habitantes que quedaban se enfrentaban con las bestias asesinas, se sintió cansado como un humano normal. Kara le dio un arma para que la usara y matara a los aliens; pero, el Hombre de Acero se rehusaba luego de la experiencia traumática que ya había vivído tiempo atrás, así que decidió usar su fuerza y su visión de calor para combatirlos. Cuando la feroz batalla terminó, solo quedaban con vida Superman, Kara y otro de los habitantes de Argo, que murió poco después.

Superman decidió llevar a Kara a otro lugar; pero, ya no podía volar, sino dar grandes saltos y la llevó hasta un sitio lo más alto posible. La joven estaba frustrada y ya no le importaba si moría o no. Solo quería dormir. El Hombre de Acero se quedó en vigilia y pensando cómo podrían escapar del lugar y qué momento sería el oportuno para decirle que él también era kryptoniano y que ella podría adaptarse a vivir en la Tierra; pero, para eso, lo primero era eludir a esas máquinas de matar.

En eso, varias explosiones empezaron a sacudir todo el lugar. Las bestias habían logrado romper el domo, por lo que podrían ingresar a Argo con facilidad y varias fugas de combustible iniciaron una reacción en cadena. El edificio donde estaba Superman se derrumbó, enterrándolo entre los escombros. Cuando por fin pudo salir, quiso buscar a Kara; pero, no pudo hacer más, pues varios aliens se abalanzaron sobre él, golpeándolo salvajemente hasta dejarlo inconsciente. Al despertar, se encontró prisionero de una sustancia pegajosa y ante él estaba la reina alien poniendo huevos. Uno de los huevos eclosionó y salió una criatura que saltó y se pegó al rostro del Hombre de Acero, empujando algo por su garganta.

Entretanto, en la estación orbital, Lois llegó a los exteriores de la enfermería, donde Kimble y uno de los científicos planeaban aislar a las criaturas que nacerían de los dos últimos sobrevivientes, para estudiar su invulnerabilidad y las propiedades de su sangre. Lois le dijo que esas criaturas eran incontrolables; pero, a Kimble eso le importaba poco. Al ver emerger a las criaturas, Lois irrumpió en la enfermería, las roció con un aerosol que había sobre una mesa y lanzó un fósforo encendido, incinerándolas.

En Argo, varias criaturas rodearon a Superman; pero, una llamarada las apartó, mientras Kara aparecía usando un dispositivo teletransportador de los que habían sido extraídos del carguero. La joven liberó al Hombre de Acero y se dispuso a teletransportarse con él sin conseguirlo, pues la energía del dispositivo se había agotado. Sin embargo, las bestias no se les acercaban y más bien se apartaban de ellos, abriéndoles paso. Fue entonces, que ella de dio cuenta de unas marcas en el rostro del héroe, que denotaban que el embrión implantado en él, era una reina. Superman dudaba que fuera así, pues se entía bien y a pesar del pesimismo de la joven, él estaba esperanzado en poder escapar y llegar cerca de un sol, donde se recargarían sus poderes.

Sin embargo, para Kara, todo estaba perdido, pues ella también había sido infestada. Fue entonces que, para animarla, que Superman le dijo que era kryptoniano y que como ella también lo era, adquiriría poderes como él. Kara se extrañó y le contó que los habitantes de Argo no eran kryptonianos, sino que eran nativos del planeta Odiline y su ciudad se llamaba así en homenaje a una ciudad de Krypton, debido a que mucho tiempo atrás, habían sido visitados por el llamado Clérigo, que les impartió sus enseñanzas y ellos adoptaron el idioma y las costumbres kryptonianas. Kara no se explicaba cómo era posible que Superman hubiera sobrevivido fuera de Krypton, pues sus habitantes estaban ligados genéticamente al planeta de tal modo, que si intentaban abandonarlo, morían de la manera más dolorosa, como lo había experimentado el Clérigo tiempo atrás, al salir de Krypton con 100.000 seguidores, que murieron casi de inmediato. Superman le dijo que era porque su padre había creado un antídoto que lo había inoculado en la cánara matriz en la que dejó el planeta.

Kara estaba más que segura que moriría y le obsequió al héroe una foto de ella cuando era pequeña, para que la guardara de recuerdo. Ambos coincidían en que el uno para el otro era lo más cercano eran como familia y Superman estaba seguro que la joven se adaptaría a la Tierra. En eso, un sonido los alertó de que las bombas que creaban la atmósfera del lugar se apagaban, así que el tiempo se agotaba y tenían que encontrar una forma de salir, siendo quizás una de ellas el buscar medios de escape en el carguero en el que llegaron los aliens. Kara pudo encontrar unos trajes que los protegerían de los rigores del espacio y una especie de moto, con la que pudieron burlar a los monstruos, hasta que llegaron al lugar. Como ella amenazaba al Hombre de Acero con el lanzallamas, los aliens no se acercaban por temor a que la reina que se incubaba dentro de Superman, saliera lastimada.

Mientras, en la estación espacial, una furiosa Dra. Kimble empuñaba un arma con la que amenazaba a Lois, hasta que uno de los aliens, ya desarrollado, se interpuso entre ellas y la científica soltó el arma, que la recogió la reportera y disparó, impactando al monstruo, cuya sangre cayó sobre el hombro de Kimble, quemándolo. Ambas buscaron refugio, mientras el monstruo escapaba y llegaba al sitio donde estaba el giroscopio que mantenía estable a la estación orbital, destruyéndolo y desestabilizando la estación y poniéndola en ruta de colisión hacia la atmósfera terrestre.

En Argo, Superman y Kara entraron al carguero, donde se toparon con la reina alien que seguía poniendo huevos; pero, que no se movió para no dañar a Superman, lo que fue aprovechado por la joven para descargar el lanzallamas sobre la reina y sus huevos. Luego, con la ayuda de los poderes de visión de Superman que aún funcionaban aunque a bajo nivel, encontraron unas cápsulas de escape y un sistema de transportadores, que Kara comprobó que estaban funcionales. El problema con las cápsulas es que por la posición del carguero, las salidas estaban bloqueadas y para ello, había que hacer mover en algo la nave. Superman se dispuso a hacerlo; pero, Kara sugirió que se quedase, pues él era el único que podía programar las cápsulas hacia la Tierra y entonces, sería ella quien fuese hacia la fuente de poder de la nave, para generar una explosión que la moviera. Superman aceptó; pero, le dijo que en cuanto lo hiciera, buscara el transportador que debería existir junto a la fuente de poder.

Kara hizo lo que debía y entró al transportador. Superman conectó las máquinas y luego, al empezarse a sentir mal, pues algo le oprimía el pecho, entró a la cápsula y activó el transportador; pero, Kara pensó que no funcionaba (en realidad, el héroe lo había calibrado para transportar al bicho dentro de la joven hacia otra parte). Superman volvió a activar el transportador, que sin embargo, no sirvió de nada, pues en ese momento, una de las bestias lo destrozó y Kara tuvo que huir.

Superman no pudo hacer nada más, pues el dolor lo consumía y casi se desmayó. En eso, la cápsula salió disparada, al tiempo que Argo explotaba y Superman lloró de impotencia al no haber podido salvar a Kara. La agonía del héroe aumentaba y estaba a punto de sucumbir, pues el alien pugnaba por salir; pero, justo la nave salió del hiperespacio y recibió la luz del sol, renovando los poderes de Superman, que salió de la cápsula para recibir los rayos a plenitud y terminó vomitando al bicho, que ya había muerto al tratar de salir del cuerpo invulnerable del Hombre de Acero.

El héroe vio lo que pasaba con la estación orbital y la estabilizó, ingresando en el momento exacto en que el alien se abalanzaba sobre Lois y Kimble, consiguiendo contenerlo, al tiempo que la científica usaba un arma para incinerar a la bestia.

Luego, Superman y Lois hablaron y él le contó acerca de la experiencia que había vivido con Kara y su afecto por ella, lamentando no haber podido salvarla. Lo que el Hombre de Acero no sabía, es que una cápsula de escape vagaba por el espacio, con una joven de Argo llamada Kara.

Este comic fue publicado en español en formato de dos tomos por Editorial Vid de México, en Noviembre de 1996; y, en formato tomo único por Editora Zinco. Imagen cortesía de colección privada.

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domingo, 8 de enero de 2017

PLANIFICANDO LAS ACTIVIDADES DEL 2017.



PLANIFICANDO EL 2017.
Estamos trabajando en la planificación de las actividades para el 2017. Esperen noticias muy pronto.

EL ORIGEN DEL SUPER RATÓN.




EL ORIGEN DEL SUPER RATÓN.

El Super Ratón o Mighty Mouse, es un personaje antropomórfico, creado para la 20th Century Fox por el estudio Terrytoons, que apareció por primera vez en el corto animado “Mouse of tomorrow” en 1942, como una especie de parodia de Superman, llamado en ese momento, Super Mouse, aunque poco después, su creador Paul Terry le cambió el nombre.

El personaje participó en una serie de cortos entre 1942 y 1961 y sus historias fueron transmitidas por el canal CBS entre 1955 y 1967. Posteriormente, hubo nuevas adaptaciones. Se dice que Osamu Tezuka se inspiró en Mighty Mouse para crear a su personaje Astro Boy.

El Super Ratón también apareció en los comics, siendo la primera vez en Terry-Toons Comics # 38 USA (Noviembre de 1945). Hasta el # 125, estos comics fueron editados por Timely Comics, para luego pasar a otras editoras como St. John Publications, Pines Comics, Gold Key Comics y Dell Comics, llegando hasta el # 172 en 1968. En 1990, Marvel Comics publicó 10 nuevos comics, basados en Las nuevas aventuras del Super Ratón.

Una pareja de ancianos, un viejo leñador y su esposa, que viven en una cabaña en lo profundo del bosque, encuentran un bebé abandonado, al que crian como a su hijo y que resulta no ser un bebé cualquiera, pues tiene grandes poderes, como superfuerza y la habilidad de volar. Ese bebé sería conocido como el Super Ratón.

Aquí les ofrecemos 3 páginas del comic del Super Ratón publicadas por Editorial Novaro y que fueran publicadas hace algún tiempo en facebook por uno de los coleccionistas aficionados a las publicaciones de la recordada editorial mexicana.

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HULK: DE LA AMNISTÍA AL DESCONTROL.


HULK: DE LA AMNISTÍA AL DESCONTROL.

Desde que fue alcanzado por la radiación de la bomba gamma al salvar a Rick Jones, el Dr. Robert Bruce Banner se vio sometido a la maldición de compartir su cuerpo con su lado más oscuro y salvaje.

Al principio, la transformación de Banner en Hulk se daba al anochecer y revertía en la mañana; posteriormente, el cambio se justificaría por la tensión y el aumento o disminución de los niveles de adrenalina. Durante algún tiempo, el científico buscó una cura definitiva para su condición e incluso algunos colegas suyos como Reed Richards aportaron con sus conocimientos; pero, nunca se llegó a una solución definitiva.

Eso fue así, hasta que entre los comics The Incredible Hulk # 269 a 272 USA, Banner creó una máquina que le permitía someterse a intensos bombardeos gamma, hasta que finalmente consiguió controlar el cambio de Banner a Hulk y de Hulk a Banner, manteniendo su mente intacta y el control sobre sus acciones. Así, empezaría una larga saga que duraría al menos hasta el # 296 USA (Junio de 1984).

Al controlar su poder, Banner pudo enfocarse en convertirse en un héroe, ayudando a quienes más podía, sin descuidar su faceta de científico, contando con el apoyo de sus amigos Rick Jones y Bereet (no así de Betty Ross, quien lo abandonó al no soportar que Banner no hubiera insistido en una cura definitiva), hasta que en The Incredible Hulk # 278 USA (Diciembre de 1982), visitó a Reed Richards en el Baxter Building, para pedirle su apoyo con el fin de conseguir el indulto presidencial. Varios héroes lo apoyaron y pusieron el tema a consideración del Presidente Reagan.

La prensa, varios héroes y grandes personalidades acudieron a la Casa Blanca para dar su opinión sobre el tema. El General Ross, quien había dedicado todos sus esfuerzos a tratar de acabar con el monstruo esmeralda, le dijo al Presidente que la aministía no era una posibilidad. Luego, Matt Murdock dio un discurso a nombre de los héroes y presentó la propuesta de aministía. En eso, se produjo un ataque alienígena y Hulk se unió a los héroes para acabar con la flota invasora, que llamó la atención de Bereet, pues las naves eran krylorianas y ella sabía que no debían existir por razones que la artista intergaláctica conocía.

Hulk fue aclamado entonces como un héroe y hubo una gran celebración que tuvo lugar en The Incredible Hulk # 279 USA (Enero de 1983). De inmediato, se unió a los Avengers para ir tras el Líder, el villano cuya mente había evolucionado por las radiaciones gamma, que tenía nuevos planes en contra de la humanidad y quien, secretamente, había orquestado la “invasión kryloriana”, para convertir a Hulk en héroe, para luego denigrar su imagen ante el público, a sabiendas que el control que Banner tenía sobre Hulk lo hacía más vulnerable, pues no contaba con la ira para acrecentar su poder. Los Avengers llegaron incluso a proponer a Hulk volver a integrarse en sus filas.

Todo parecía ir bien para Bruce Banner e incluso consiguió habilitar el Laboratorio Northwind, que se convirtió en su lugar de retiro y refugio, donde usaba su genio científico para crear proyectos en beneficio de la humanidad. Sin embargo, en SHIELD desconfiaban de Banner y su control sobre Hulk, así que decidieron vigilarlo, poniendo cerca de él a la agente Kate Waynesboro, supuestamente para apoyarlo, aunque ella terminó enamorándose de él y revelándole la verdad.

Poco después, una sombra de duda cayó sobre Banner cuando en The Incredible Hulk # 292 USA (Febrero de 1984), empezó a tener pesadillas recurrentes en las que veía a Hulk desatado y causando muerte y destrucción. Para empeorar las cosas, mientras Banner realizaba una visita a un laboratorio de investigación de los usos benéficos de los rayos gamma, fue reconocido por los integrantes del Circo del Crimen, cuyo Jefe de Pista lo hipnotizó e hizo aflorar el lado salvaje de Hulk, aunque fue algo momentáneo.

Sin embargo, las pesadillas empezaron a aumentar, preocupando a Bruce Banner por su estabilidad mental y porque el salvajismo de Hulk pudiera desatarse de nuevo, hasta que en The Incredible Hulk # 296 USA (Junio de 1984), se enfrentó al mal uso de la tecnología gamma desarrollada por él, al punto que un hombre mayor llamado Hammer la usó para “curarse” y terminó transformado en un mosntruo gamma sediento de poder; pero, previamente había usado como conejillos de indias a personas que buscaban una cura para sus males, empeorando su situación.

Banner se transformó en Hulk e intentó detener a Hammer; pero, este era demasiado fuerte y en cambio él, ya no poseía el poderío habitual del coloso esmeralda, que se basaba en la ira que alimentaba su fuerza. Finalmente, algo pasó en su interior, desatando su lado oscuro y salvaje, que le permitió vencer a Hammer y aunque el caballero espacial Rom y Kate Waynesboro intentaron ayudarlo y el extraterrestre usó sus poderes para intentar drenar la energía gamma, el nivel de radiación era tal, que no lo consiguió y Hulk se fue, sin rastros de la conciencia de Banner en él.

En The Incredible Hulk # 297 USA (Julio de 1984), el coloso esmeralda inició una correría de destrucción a su paso a lo largo de USA y empezó a ser perseguido por escuadrones de SHIELD al mando de Gabe Jones (pues Nick Fury se hallaba desaparecido). Por un momento, pareció calmarse al llegar a un lago y ver su rostro reflejado en el agua, que por las ondas en la misma, parecía sonreírle; pero, una pequeña piedra que cayó al paso de un ciervo, desdibujó el rostro haciéndolo parecer amenazador y Hulk estalló en furia, golpeándolo todo, hasta que un extraño sopor lo venció y cayó dormido, en medio de un sueño que se convertía en pesadilla. Al principio, se veía aceptado por todos; pero, de pronto, todos sus amigos y seres queridos lo rechazaban por ser Hulk, por ser un monstruo, porque con Hulk no había esperanza.

Y aunque en el sueño/pesadilla aceptaba ser un monstruo, luego parecía calmarse y reflexionar, pidiendo no perder su humanidad. Ante él apareció entonces la imagen del Dr. Stephen Strange y una voz hizo eco en su mente, repitiendo que si necesitaba ayuda, debía buscar a Strange, luego de lo cual, despertó con la imagen del maestro de las artes místicas en su mente. Hulk iría en busca de Strange para que lo ayude; y, si acaso no lo hacía, ¡lo aplastaría! Y desde su trono en un mundo extra-dimensional, el villano conocido como Pesadilla, sonreía, pues era él quien había venido influyendo en los sueños de Banner, para sacar a flote su lado oscuro y salvajismo, con el fin de usarlo para acabar con Strange.

Cuando Hulk llegó a la casa del Dr. Strange (The Incredible Hulk # 299 USA, Septiembre de 1984), intentó abrirse paso al interior; pero, las barreras místicas que protegían el lugar, se lo impidieron. Strange salió para tratar de calmar a su antiguo aliado en los Defensores, aunque terminó dándose cuenta que era imposible, por lo que usó el Ojo de Agamotto, que reveló que el coloso esmeralda estaba siendo manipulado por Pesadilla. Entonces, aunque no podía deshacer lo que el villano hizo, pues las acciones del malvado ser extra-dimensional habían causado un daño irreparable, dispersó los sueños creados por la maldad de Pesadilla y buscó en el interior de la mente de Hulk, buscando revivir lo que quedaba del Dr. Banner.

Sin embargo, la conciencia de Banner, encerrada en lo profundo de la mente de Hulk, se resistía a salir de allí, pues sabía que la única forma de salir, era compartiendo su vida con Hulk y él ya había empezado a confiar en que se libraría de ello. Strange le dijo que jamás estaría libre, si permitía que Pesadilla siguiera manipulando a Hulk; y, entonces, lejos de lo que oensaba el señor de las Artes Místicas, Banner se sacrificó, uniendo su voluntad a la del coloso esmeralda, con lo que consiguió destruir el reino del villano, aunque su acción significó que no quedaran rastros del científico. Para todos los efectos, Bruce Banner había muerto y solo quedaba un monstruo sin rastro de humanidad alguna, al que Strange quiso detener; pero, el esfuerzo por detener a Pesadilla lo había agotado.

La llegada de Hulk a New York y su correría de destrucción, no podía pasar desapercibida ante los héroes y defensores de la ciudad. Los 4 Fantásticos, los Avengers, Spiderman, los Héroes de Alquiler y SHIELD, salieron al paso de la ira ciega del monstruo para tratar de derrotarlo, en una batalla que tuvo lugar en The Incredible Hulk # 300 USA (Octubre de 1984). Al final, dándose cuenta que no podrían ganar sin destruir a quien había sido su amigo, optaron por transportarlo a otra dimensión, donde Hulk ya no sería una amenaza.

Nota curiosa: ¿Simple coincidencia? Al unir el nombre de Bruce Banner con el apellido de Kate Waynesboro, se forma el nombre de Bruce Wayne. Curioso, ¿no?

Imagen cortesía de colección privada.

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